Fotografía de Bodas: nuevos desafíos y nuevos modelos de negocio
Como parte de mi experiencia dentro del negocio de la fotografía, he visto cómo esta industria se ha transformado drásticamente a lo largo del tiempo, pero sobre todo en los últimos años. Quienes trabajamos en el sector, además de ser creativos a la hora de fotografiar, debemos serlo también para buscar nuevos modelos y prácticas de negocio en este entorno tan desafiante.
En una ocasión platicando con un fotógrafo de bodas, me di cuenta que para tener más trabajo y aumentar la productividad, en algunos casos se requiere mejorar una idea que ha estado ahí siempre y sobre todo, atreverse a implementarla. El fotógrafo con el que hablaba, había pasado de ser un autoempleado, a tener una empresa con una agenda prácticamente llena todo el año gracias a su visión.
La pregunta que este fotógrafo se hacía constantemente era… ¿cómo promocionar mi trabajo mientras estoy trabajando? Por un lado sabía que un trabajo de gran calidad hablaría por sí mismo y la recomendación de sus clientes directos, “los novios” sería su principal carta de recomendación. Sin embargo, para consolidarse necesitaba aún más trabajo y vio en los invitados un gran foro para promover sus servicios, pero ¿cómo hacerlo? Sabía que una tarjeta de presentación no era capaz de transmitir la calidad de su producto y a pesar de que una página web podía comunicar la esencia de su trabajo, debía lograr conectar y motivar a sus clientes potenciales a llegar a su sitio.
De esta forma, el fotógrafo decidió emprender un nuevo desafío con una vieja práctica pero enfrentándolo de una nueva manera. Su hipótesis fue, ¿qué pasaría si regalo 5 fotografías impresas por mesa, con un marco que encuadre la calidad de mi trabajo e invite a contratarme? La solución fue convertir su propio trabajo, en un promocional a través de un marco.
Para poner en marcha su idea, decidió invertir en una impresora fotográfica de muy buena calidad, confiable y rápida que lograra producir un marco económico pero elegante con material de buena calidad. Ya con esta posibilidad, únicamente debió colocar sus datos sobre el marco para relacionar su trabajo con el producto.
La idea era recuperar el gasto de la impresora en varias bodas, por lo menos en un año de trabajo, al ritmo que tenía en ese momento representaban cerca de 38 eventos, lo que significaba que debía destinar $278 de la ganancia en cada evento para que la impresora “se pagara sola”. El gasto total de regalar fotos ascendía a casi $3,000 pesos por evento, y al principio parecía demasiado pero después surgió la pregunta, ¿podría cobrar más por evento para recuperar ese gasto?
Para lograr amortizar el costo de la impresora, cubrir el gasto de los consumibles y el gasto del marco impreso, el fotógrafo subió el costo a $5,500 por evento. Aunque a primera instancia parecía demasiado, logró transmitir a los clientes el valor de su trabajo y que sus invitados obtendrían sin costo hasta 125 fotos de su boda en el caso de un evento de 250 invitados. De esta manera, además de agregar valor a los novios, ellos brindaban valor a sus invitados. El resultado fue inmediato. Desde el primer evento, el fotógrafo recibió varias llamadas al día siguiente de la boda, logrando contrataciones para 3 eventos y lo mismo ha seguido sucediendo hasta el día de hoy. Actualmente su empresa cuenta con 3 fotógrafos y 3 ayudantes para lograr cubrir más de 100 eventos al año con clientes muy satisfechos.